De camino a Nantes (Bretagne) en Abril de 2010 decidimos hacer una parada en una pequeña isla llamada “Ré”, ya que nos la recomendaron por su tranquilo y encantador pueblo. Lo que aquí reseñamos, sin embargo, son los restos de la iglesia gótica de una antigua abadía que emergen en medio del llano paraje y que a primera vista no dejan de ser más que unos restos como tantos otros. Ahora bien, si nos entretenemos y adoptamos una mirada más analítica se pueden llegar a observar pequeñas intervenciones que a su vez son de gran importancia para la lectura y conservación de los restos, aquí destacamos dos hechos:
·La cubrición de muros realizada con teja para atenuar su degradación, así como de los riñones de las maltrechas bóvedas, denota sencillez y sinceridad estructural.
·Los arranques de los muros caídos nos dan una fantástica lección de la técnica constructiva empleada, con su hoja exterior resistente y bien tallada y el relleno interior menos resistente que abarataba costes.
Esta actuación, muy acertada a nuestro entender, no nos produce sino tristeza al comprobar que nuestro patrimonio con ejemplos tan magníficos como el Convent Vell del Desert de les Palmes se descuida y abandona, cuando está claro que sin complicadas obras de ingeniería y sin grandes infraestructuras podemos preservar mucho más tiempo lo que un día formó parte de nuestra cultura.
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